jueves, 31 de enero de 2008

Educacion de Bolivar

Los maestros de El Libertador fueron:

  • Francisco A Carrasco
  • Fernando Vides Presbítero
  • José Antonio Negrete
  • Guillermo Pelgrón
  • Pedro Palacios y Sojo, (Padre Sojo)
  • Fray Francisco de Andujar
  • Simon Narciso Rodriguez (Samuel Robinson)
  • Andres Bello
  • Alejandro humboldt
  • Jeronimo Ustariz y Tovar (Marqués de Ustatiz)
  • Aime Bompland.

La formación educativa de Bolívar fue bastante informal, considerando que no fue un alumno regular que cursara estudios desde la educación elemental hasta la universidad.
Al igual que otros muchos ricos y bien educados criollos, él recibió instrucción de tutores privados en su propia casa. Solamente durante cuatro periodos en su niñez asistió a una escuela pública y vivió en la casa de su preceptor Simón Rodríguez.
De acuerdo con su propio testimonio, su educación fue lo mejor que una persona de su rango podía adquirir en su patria para este entonces.
En una conocida carta enviada al General Santander, Bolívar ofreció uno de los más claros testimonios sobre su temprana formación. En esa carta, Bolívar trataba de desautorizar a un instructor suyo llamado Molíiens, cuyo testimonio calificó de injusto y falso.
El Libertador afirmó en la carta que no era verdad que su educación fuese descuidada, pues su madre y toda su familia hicieron lo posible para que tuviese la formación apropiada y para ello contrataron los mejores maestros del país.
En esta misma carta, el agrega que Simón Rodríguez, le enseñó a leer y a escribir, que Andrés Bello le instruyó en el arte de la composición y en geografía, y el padre Andujar un intelectual admirado por Humboldt le enseñó matemática en una academia diseñada especialmente.
Después dice Bolívar, fue enviado a Europa a estudiar idiomas extranjeros y a asistir a la Academia de San Fernando, en Madrid, para mejorar su aprendizaje de matemática.
Allí en Madrid también tomó lecciones de esgrima, danza y equitación. Finalmente en un significativo pasaje, el reconoció su deuda intelectual con la ilustración Francesai "Es verdad que yo no he aprendido la filosofía de Aristóteles ni los códigos del crimen y del error, pero el señor Molliens no ha ido tan profundo como yo en el estudio de Locke, Condillac, Buifon, Helvetius, Montesquieu, Mably y los clásicos de la antigüedad, sean los filósofos, historiadores, oradores o los poetas; así como los clásicos modernos de España, Francia, Italia y algunos de Inglaterra.

Sus maestros mas reconocidos fueron:

Simon Rodriguez

El primer encuentro con el niño Simón Bolívar se produjo cuando Feliciano Palacios, abuelo del Libertador, lo contrata para que se encargue de la educación del nieto.En su escuela, Simón Rodríguez tenía 114 alumnos, de los cuales 40 estudiaban gratis. Su manera de enseñar era diferente a la tradicional: le gustaba salir con sus estudiantes por el campo, para estar más cerca de la naturaleza.De este gran maestro aprendió Bolívar a amar la libertad. Así se lo expresó el Libertador en 1824: "Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso".

Andres Bello

Su labor de profesor se inició en Caracas. Comenzó dando clases particulares, siendo uno de sus alumnos Simón Bolívar, a quien le enseñó Literatura y Geografía. Andrés Bello, apenas dos años mayor que el Libertador, le enseñó primeras letras, aunque no logró adelantos en ortografía.Siendo profesor defendió la enseñanza del latín y publicó su "Gramática Latina". Fue ferviente partidario de la enseñanza primaria. En una oportunidad dijo: "Creo urgente el fomento de la enseñanza literaria y científica. La instrucción primaria no se defiende sino donde han florecido de antemano las ciencias y las letras". Cuestión que transmitió a Bolívar, quien en los años posteriores fue divulgando la importancia de la educación para los pueblos.

Pedro Palacios y Sojo

Sacerdote y músico, conocido como "el padre Sojo". Organizador de la enseñanza musical en Venezuela (1783). Tío abuelo del Libertador, pertenecía a una familia poseedora de grandes bienes de fortuna y gusto por las manifestaciones culturales, en especial por la música.

Fray Francisco de Andujar

Misionero capuchino andaluz, fundador de una cátedra o academia de Matemáticas en Caracas e investigador de las ciencias naturales. Su nombre completo era Francisco de Paula Ravé y Berdura.Fue maestro de Simón Bolívar, asi como de José de la Cruz Limardo, quien lo menciona con gran respeto en sus Memorias.En general, podemos decir que Bolívar era un entusiasta defensor de la educación para todos los ciudadanos. Creía que de esa manera éstas lograban adquirir las virtudes necesarias para vivir civilizadamente.

martes, 29 de enero de 2008

La Juventud De Bolivar

La pasión que sintió Bolívar por la Independencia de América no surgió en su vida de la noche a la mañana, sino que se fue formando en él a lo largo de sus años de juventud.
La vocación de Bolívar era el ejercicio de las armas. En enero de 1797, ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido Coronel años atrás su propio padre. No tenía aún 14 años cumplidos. En julio del año siguiente, cuando fue ascendido a Subteniente, se anotaba en su hoja de servicios: "Valor: conocido; aplicación: sobresaliente". El adiestramiento práctico en los deberes militares lo combinaba Bolívar con el aprendizaje teórico de materias consideradas entonces la base de la formación castrense: las matemáticas, el dibujo topográfico, la física, etc., que aprendió en la Academia establecida en la propia casa de Bolívar por el sabio Capuchino Fray Francisco de Andujar desde mediados de 1798, y a la cual asistían también varios amigos de Simón. A comienzos de 1799, viajó a España. En Madrid, bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y la rectoría moral e intelectual del sabio Marqués de Ustáriz, se entregó con pasión al estudio. Recibió allí la educación propia de un gentilhombre que se destinaba al mundo y al ejercicio de las armas: amplió sus conocimientos de historia, de literatura clásica y moderna, y de matemáticas, inició el estudio del francés, y aprendió también esgrima y el baile, haciendo en todos rápidos progresos. La frecuentación de tertulias y salones pulió su espíritu, enriqueció su idioma, y le dio mayor aplomo.
A los 16 años, el joven Simón viaja a Europa. Vive algún tiempo en Madrid, capital de España, pero esas ideas políticas sobre la independencia aún no estaban definidas. Era un joven al que le gustaba divertirse, bailar y enamorar a las distinguidas señoritas de la corte española. El Libertador era un gran bailarín.
De allí viaja a París y queda deslumbrado por la capital francesa, a la que volvería años más tarde. El 26 de mayo de 1802 regresa a España, y poco tiempo después conoce a una jovencita de la que se enamoró locamente, Teresa Rodríguez del toro, y con la que finalmente contrae matrimonio.
Hasta ese momento nada parecía señalar cuál sería el papel histórico para el cual estaba destinado. Es simplemente un muchacho de la alta sociedad caraqueña, que se ha casado con una bella chica española, con quien regresa a Venezuela, para hacerse cargo de los negocios de su familia.
Sin embargo, esa felicidad matrimonial duraría muy poco, pues en enero de 1803, luego de una corta enfermedad, muere su esposa. Otra pérdida más para el joven Simón. Se encontraba solo, añorando su felicidad perdida, cansado de la monótona vida caraqueña. Por eso decide viajar de nuevo a París, con la esperanza de olvidar su dolor. Pero nunca imaginaría lo que el destino le tenía reservado.Durante el tiempo que estuvo en Europa, el joven Simón conoció a gente muy importante, como Alejandro de Humboldt, y presenció algunos acontecimientos, que influyeron en su pensamiento y en su vida.
Uno de ellos fue la coronación de Napoleón Bonaparte, como emperador, la cual se realizó en la catedral de Notre Dame, el 2 de diciembre de 1804. Aunque no era partidario de los reinados ni de los emperadores, no podía dejar de reconocer que aquel hombre había dirigido la Revolución Francesa, en la que además había participado Francisco de Miranda.Durante su estadía en París se encuentra con su viejo maestro, Simón Rodríguez, con quien viaja a Italia.
Eran momentos de mucha importancia para él. Aquel joven Simón, amante de los bailes y la diversión, que había pasado por el dolor de la muerte de sus seres queridos, no dejaba de meditar en la necesidad de los pueblos americanos de alcanzar su libertad, y el derecho que tenían de conducir sus propios destinos. Fue así como un día de agosto de 1805, cuando visitaba el Monte Sacro en compañía de su maestro, juró de rodillas que no descansaría hasta que los países de América alcanzaran su independencia.
En la capital del naciente Imperio francés, los placeres de una vida social mundana, y los estímulos de orden intelectual, comparten la atención de Bolívar, no menos que el espectáculo fascinante de una Europa en plena ebullición política. Frecuenta teatros, tertulias y salones, donde conoce a bellas mujeres, pero trata igualmente a sabios como Alejandro de Humboldt y Amado Bonpland, y asiste a las conferencias y a los cursos libres de estudios donde se divulgan los conocimientos y las teorías más recientes. En esta época de su vida, se entrega con pasión a la lectura. Se ha encontrado de nuevo con Simón Rodríguez, cuyo saber y cuya experiencia hacen de él un extraordinario compañero de conversaciones, lecturas y viajes. Van juntos a Italia, y cruzan a pie la Sabaya. En Roma, un día de agosto de 1805, en el Monte Sacro, Bolívar jura en presencia de su maestro no dar descanso a su brazo ni reposo a su alma hasta que no haya logrado libertar al mundo Hispanoamericano de la tutela española. De nuevo se separan Bolívar y Rodríguez.
Cuando regresa a Venezuela, en 1806, Bolívar ya sabe que, de alguna manera, su destino está escrito. Para él, la Independencia de América ha dejado de ser una frase romántica, para convertirse, en poco tiempo, en una realidad. Comienza su carrera militar y política, se une a otros que comparten sus ideas. La meta estaba cada vez más cerca.
El primero, regresa a París, en donde se afilia a una logia masónica. A fines de 1806, conocedor de los intentos realizados por el Precursor Miranda en Venezuela, Bolívar considera que ha llegado el momento de volver a su patria. Se embarca en un buque neutral que toca en Charlestón en enero de 1807; recorre una parte de los Estados Unidos, y regresa a Venezuela a mediados del mismo año.
Vive ahora como un joven aristócrata, atento al fomento de sus haciendas, y en 1808 sostiene un sonado pleito con Antonio Nicolás Briceño por los linderos de una de ellas; pero piensa siempre en el porvenir del país. En las reuniones que él y su hermano Juan Vicente celebran con sus amigos en la quinta de recreo que poseen en Caracas a orillas del río Guaire, se habla de literatura, pero también se hacen planes para la Independencia de Venezuela.

miércoles, 23 de enero de 2008

Niñez de Bolivar

Simón Bolívar, nació en la ciudad de Caracas, el 24 de julio de 1783; sus padres fueron Don Juan Vicente Bolívar y Ponte y Doña María de la Concepción Palacios y Blanco, tuvo tres hermanos mayores que el: María Antonia, Juana y Juan Vicente y otra hermana Llamada María Del Carmen quien falleció al nacer.
Doña María de la Concepción no pudo alimentar a su pequeño ya que se encontraba con problemas de salud; por lo que Simón fue amamantado por Doña Ines Mancebo De Miyres y luego por la negra Hipolita; antes de cumplir tres años de edad, Simón pierde asu padre, quien murió en enero de 1786, la educción de los cuatro niños estuvo a cargo de su madr, la que , además de darles cariño y amor, cuido de las riquezas de las familia.
Vivió sus primeros años en caracas, la madre llevaba de paseo a Simón y a sus hermanos por los alrededores de la ciudad y en algunas ocasiones, viajaban a la hacienda San Mateo, situada en los Valles de Aragua,que al igual que otras haciendas era propiedad de la familia;bajo el cuidado de su madre y de las negras Hipolita y Matea, Simón jugaba con sus hermanos en la casa grande de la familia, ubicada en el centro de Caracas frente a la plazuela de San Jacinto, hoy llamada Plaza del Venezolano.
A los nueve años de edad, tuvo la desgracia de perder a su madre; al poco tiempo sus hermanas María Antonia y Juana se casaron cuando aun eran muy jóvenes, Juan Vicente y Simón quedaron a cargo del abuelo materno , Don Feliciano Palacios y Sojo; al morir su abuelo queda bajo el cuidado de su tío y protector Carlos Palacios, quien era poco cariñoso y muy regañon; en julio de 1795, cuando cumplió 12 años de edad, se fugo del lado de su tío y se fue a vivir a la casa de su hermana María Antonia y del esposo de esta, por quienes sentía gran afecto;al enterarse del paradero de Simón el tío Carlos reclama antes los tribunales sus derechos como protector: por lo que Simón paso algunos meses internado en la casa de Don Simón Rodriguez, maestro de la escuela publica de primeras letras. Allí el niño se siente incomodo y se fuga de nuevo; otra vez, ante los tribunales Simón da su primer paso hacia el amor a la libertad, y le dijo a los jueces: "ustedes pueden hacer con mis bienes lo que quieran, pero con mi persona no; así como los esclavos tienen derecho a elegir a sus amos, yo también puedo elegir para vivir la casa que me agrade".Después de esto, Simón vivió en la casa de sus padres con el tío Carlos y recibió clases del maestro Don Simón Rodriguez, quien supo comprenderlo y ser un gran amigo durante toda su vida.
A partir de los catorce años de edad, simón estudio mucho: matemáticas con el Padre Andújar, Bellas Letras y Geografía con Andrés Bello; Simón no solo aprendió de sus maestros, sino también de los libros de la biblioteca que perteneció a su padre. la lectura le gusto durante toda su vida.